L'OBSERVADORA

La ciencia de la máquina de escribir

El exministro español de Exteriores, García-Margallo, admite la enorme actividad desplegada con recursos públicos para contrarrestar la presencia catalana en el exterior

Esther Vera
4 min
La ciència de la màquina d’escriure

"Algún intelectual se sienta al ordenador y escribe como si la información se conociera realmente. El intelectual no dice nunca «No lo sé» o «No estoy realmente seguro». Si lo hiciera, no podría vender sus artículos porque aparecería algún otro que diría que tiene todas las respuestas".

Lo decía en 1955, en una entrevista, uno de los físicos más relevantes de la historia, Richard P. Feynman, y hay que reconocer que la ciencia de la máquina de escribir vive en este momento en Cataluña desbordada por la especulación. Intentamos, sin embargo, ir a algunas de las certezas de ahora.

La fiscalía a por todas

Podemos hablar del cambio de estrategia del gobierno español, que está teniendo los primeros resultados tangibles. Si la reacción a la convocatoria del 9-N fue de incredulidad y posteriormente de humillación, la estrategia judicial de ahora es la de una apisonadora que pretende atemorizar a los funcionarios públicos y altos cargos amenazándoles no sólo con la inhabilitación sino también con la cárcel. La estrategia de la disuasión no sólo tiene el objetivo de disuadir a los trabajadores y cargos públicos que deben firmar las órdenes de la administración, sino también las empresas que han de proveer los servicios, a algunas de las cuales se les ha admitido explícitamente que las visitas de petición de información entran dentro de la estrategia del miedo.

La actuación de la fiscalía crea inquietud y ha generado una sensación interna de aceleración de los acontecimientos. Los próximos pasos se harán de manera colegiada a pesar de la inquietud real de una inhabilitación de los actores de la primera línea de la política catalana. Si bien nadie expresa la inquietud en público, en privado más de un actor teme por su carrera mientras observa la moderada respuesta en la calle por las inhabilitaciones de Mas, Ortega, Rigau y Homs por el 9-N. En el gobierno se admite en privado que hay alguna discrepancia con el calendario de convocatoria del referéndum, que hay prisa para que se ponga en marcha la maquinaria y conciencia de la gravedad de las consecuencias. Ahora sí que se empieza a pronunciar el "o todo o nada" o, dicho de otro modo, "a quien no siga se lo llevará la marea" o "si alguien quiere bajar del barco, tiene poco tiempo".

Intensificación del frente exterior

El exministro español de Exteriores, García-Margallo, admite la enorme actividad desplegada con recursos públicos para contrarrestar la presencia catalana en el exterior. Paralelamente, la diplomacia catalana se mueve con la máxima discreción y unas agendas que no se publican hasta poco antes de las reuniones para evitar los permanentes cortocircuitos del Estado. A pesar de las muchas dificultades, esta semana el presidente Puigdemont ha asistido a la reunión del círculo de embajadores del Carter Center, un mediador de conflictos internacionales que no es despreciable. También el viernes, en una respuesta coherente a una pregunta inicial sobre Escocia, el candidato de la derecha a la presidencia de la República Francesa, François Fillon, mostró conocimiento y cintura política sobre Cataluña. En estos momentos, el malestar catalán, el proceso, ya es un tema en la agenda diplomática. Incluso el gobierno español tiene una subdirección de estudios comparados que incluye Cataluña, Quebec y Escocia. Uno de sus asesores asistía el pasado lunes a un debate sobre Cataluña en Madrid. A pesar de la impaciencia de muchos, en términos diplomáticos Cataluña ha puesto en el mapa su demanda de independencia con rapidez. Un consejero de ERC recientemente admitía informalmente que ni en la mejor de las opciones habría imaginado hace pocos años unas encuestas con un empate virtual como el actual.

El tiempo se acaba y, ¿quién es el interlocutor?

La tensión se percibe en Cataluña y también en el Estado, donde en círculos políticos se preguntan quién será el interlocutor en Cataluña cuando se haya producido un choque que parece que se dé por inevitable. El presidente Puigdemont, descartándose de la carrera futura, es percibido como reemplazable. Es comparable al presidente de EEUU cuando en el segundo y último mandato se pone el foco en quién será su sucesor y no en su mandato. Como el sistema de partidos de la Transición ha explotado, las encuestas indican que ERC y los comunes pueden beneficiarse de ella, mientras que el PDECat deberá poner a prueba la renovación y un nuevo liderazgo. Los mismos políticos españoles que hablan con nostalgia de aquellos catalanistas dialogantes son los que los han asfixiado. A estas alturas la imprevisibilidad del desenlace de la convocatoria del referéndum deja el futuro político en un interrogante. Admitir la incertidumbre es incómodo, pero útil.

Empezábamos el artículo con las certezas científicas del joven Feynman por encima de los asuntos sociales. 21 años más tarde, en 1976, Feynman incluía la física en el ámbito de la incertidumbre y explicaba: "En la física, la verdad raramente es perfectamente clara y éste es ciertamente y de manera universal el caso de los asuntos humanos. Por eso lo que no esté rodeado de incertidumbre no puede ser la verdad". Nunca habíamos estado rodeados de tanta verdad...

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